Éste es otro de los importantísimos planetas de Dragon Ball, no sólo por la épica saga de la batalla contra Freezer, sino porque es el planeta originario de las Dragon Ball, y en él se encuentran las más poderosas, las que llaman a Porunga, el original Dragón Sagrado. Sus habitantes son unas criaturas de corazón puro (aunque haya dos o tres ovejas descarriadas) y siempre han estado interesados en intervenir con su ayuda para salvar el Universo, incluso a costa de sacrificar sus vidas. Esta especie, por alguna razón desconocida se dividía en dos.
Lo más usual es que tuvieran habilidades mágicas ocultas (de ahí las Dragon Ball), pero sin embargo cada cierto número de nacidos nacía uno de raza guerrera, que podía alcanzar niveles de fuerza iguales a los de los Saiya-jin (como Piccolo, Neil, Slug, etc...). La principal actividad del planeta era la agricultura de áboles de soja, más que nada para repoblarlo, ya que tiempo atrás hubo una catástrofe climatológica que acabó con casi toda la vida del planeta (Piccolo pudo huir a La Tierra). Por lo demás, Namek no tiene características físicas importantes, de ahí que Freezer no dudará en destruirlo, ya que no le iba a reportar beneficios económicos.